Verán: Hace unos días fui al cine a ver una película que, cuando supe de su futuro estreno, esperé para verla. Y es porque siempre tendrá mucho potencial una película que reúna bajo un contexto cómico, a los personajes clásicos del cine de terror (especialmente de las de Universal en los años 30). Porque dichos personajes tienen características bastante estrafalarias, por lo que pueden ser muy cómicos cuando se les ve en situaciones cotidianas, asumiendo como normales sus características estrafalarias. Ahí radica una de los puntos fuertes de Hotel Transylvania (dirigida por Genndy Tartakovski y producida por Michelle Murdocca),
Vamos por partes. Hotel Transylvania trata sobre los problemas que tiene Drácula cuando un torpe y joven turista llamado Jonathan termina en el hotel regentado por el Conde en Transilvania, el cual es visitado todos los años por los monstruos que buscan ocultarse del género humano (curiosamente, el Hombre Invisible sólo es un humano al cual no se le puede ver. Pero eso no importa). Como el mochilero se negó a irse amenazando con revelar la ubicación del resort al resto de gente, el vampiro lo disfrazó como si fuera un primo de Frankenstein, con la esperanza de que el chico se fuera lejos. Hasta ahí, el turista tenía al vampiro en las cuerdas, ya que, desgraciadamente, el personaje de Bram Stoker no podía usar sus poderes síquicos sobre él (digo desgraciadamente porque el tipo ése me caía bastante mal). El problema empeoró cuando el falso primo del monstruo se enamoró perdidamente de la hija de nuestro amigo Drácula, Mavis, la cual es una vampiresa adolescente de 118 años (cuya voz en inglés era hecha por Selena Gómez). Entonces las cosas sí que se ponen díficiles para el hombre-murciélago, el cual quería evitar todo contacto entre los humanos y la frágil Mavis, debido a una trágica historia de amor acaecida años atrás y que lo había dejado viudo.
La película tiene sus puntos altos, como ver a los personajes de las películas de horror de los años treinta y cincuenta reunidos (a saber: Frankenstein, su señora, la Momia, el Hombre Lobo, su familia, la Mosca, la Mancha Voraz, el Hombre Invisible, entre otros), lo cual no es muy original (se viene viendo desde las secuelas de serie B en los años 40 de Universal hasta hoy, pasando por la genial Mad Monster Party, de la cual Hotel Transylvania "toma prestadas" varias cosas). Además de varios detalles simpáticos, que agradarán sobre todo a los medianos conocedores de género como yo. Además, el mostrar el miedo de los monstruos a los humanos clava-estacas les da cierta humanidad a los personajes que se agradece.
La película tiene sus puntos altos, como ver a los personajes de las películas de horror de los años treinta y cincuenta reunidos (a saber: Frankenstein, su señora, la Momia, el Hombre Lobo, su familia, la Mosca, la Mancha Voraz, el Hombre Invisible, entre otros), lo cual no es muy original (se viene viendo desde las secuelas de serie B en los años 40 de Universal hasta hoy, pasando por la genial Mad Monster Party, de la cual Hotel Transylvania "toma prestadas" varias cosas). Además de varios detalles simpáticos, que agradarán sobre todo a los medianos conocedores de género como yo. Además, el mostrar el miedo de los monstruos a los humanos clava-estacas les da cierta humanidad a los personajes que se agradece.
1941 ó 2012: El Licántropo es SIEMPRE la verdadera víctima.
Pero la película de Sony Pictures Animation tiene grandes defectos. Es muy estridente, con unos números musicales olvidables (quizá no porque sean fuera de momento, sino porque las canciones son feas), el diseño de los personajes no va bien con la animación CGI (cuando en los créditos aparecían los personajes dibujados como Tartakovski lo haría para El Laboratiorio de Dexter, se veían mucho mejor). A eso súmenle que el argumento tiene muchas cosas mus usadas y poco originales, se abusa del humor escatológico (es menor que en Padre de Familia o Las Sombrías Aventuras de Billy y Mandy, pero cuando quiero ver Padre de Familia o Las Sombrías Aventuras de Billy y Mandy, quiero ver humor escatológico), y el doblaje es derechamente malo. Es incómodo escuchar la voz de Heinz Doofenshmirtz cada vez que habla el Conde, y que ellos hablen con el vocabulario común de los mexicanos (o tengo nada contra los mexicanos ni contra su forma de hablar, pero que personajes que viven en Rumanía hablen de "los chavos" es un poco desagradable).
Es en definitiva, otra de la larga lista de producciones que aprovechan el boom de la animación CGI germinada con Pixar y Dreamworks, y el terror infantil que a los pequeños les da más risa que miedo. Bien, ahí no más la película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario